El CEO y director ejecutivo de la empresa dice que con la venta de activos y la caja tendrán US$1.200 millones para cumplir con los acreedores. A largo plazo, confía en elevar la producción.
Antes de que se anunciara la oferta de compra del grupo mexicano Alfa y el fondo estadounidense Harbour Energy sobre Pacific Rubiales, la gran pregunta en el mercado, con respecto a la petrolera era ¿cuánto tiempo podrá resistir la caja?
La razón del pesimismo tenía que ver, principalmente, con el entorno de bajos precios del barril de petróleo, cuyo precio se desplomó rápidamente de 100 a 50 dólares por barril, lo que de inmediato redujo a la mitad el flujo de caja de la compañía, como el de muchas otras petroleras.
Sin embargo, en particular los analistas han mostrado mayor pesimismo con respecto a Pacific Rubiales por una razón: el alto nivel de deuda de la compañía.
Básicamente la empresa tiene en caja US$ 600 millones y una deuda acumulada de US$5.200 millones (aunque a corto plazo, según datos de Fitch Ratings, son solo US$ 18 millones).
Por eso la esperanza en el mercado era que con la venta de Pacific a un conglomerado tan sólido financieramente como el grupo Alfa, la petrolera pudiera conseguir la inyección de capital que requería para mejorar sus indicadores financieros, pero también para apostarle a nuevos proyectos e incrementar la producción.
“Esta potencial adquisición hubiera dado a la compañía unos nuevos dueños que podrían dotar a la empresa con el capital, tan necesitado para enfrentar las condiciones retadoras actuales para la industria. El nuevo grupo pudo también haber ayudado a Pacific Rubiales a disminuir el riesgo del negocio facilitando su entrada a México”, señaló Fitch Ratings con el anuncio de la disminución de la calificación de la deuda extranjera y local a largo plazo de Pacific de B+ a BB, con perspectiva negativa.
En medio de toda esta incertidumbre, el director ejecutivo y CEO de la petrolera, Ronald Pantin, dice sentirse tranquilo y pide la misma calma a los accionistas por varias razones que se podrían resumir en una: “la empresa es sólida”, con o sin la venta de Alfa.
El ejecutivo habló con Portafolio en exclusiva para responder, una a una, las dudas que rondan en el mercado sobre el futuro de Pacific Rubiales Energy.
¿Cuál es su interpretación sobre lo que pasó con Alfa y Harbour?
Nosotros sabíamos que en el mercado petrolero todavía hay incertidumbre y que, por esto, para los accionistas era bueno tomar una oferta en efectivo.
Lo que pasa es que la normativa de la Bolsa de Valores de Toronto dice que deben votar todos los accionistas, y deben tener las dos terceras partes de los votos a favor para poder continuar; si pasa, el que está ofreciendo, que en este caso era Alfa, tenía que retirarse y ganar con un 51 % de los votos restantes. Cuando empiezan a llegar los formularios de votación, sacan las cuentas y, aunque tuvieran mayoría, no se alcanzaba a cumplir con las dos terceras partes, ni con el voto minoritario (que es el que se hace sin el oferente). Entonces decidieron retirar la oferta.
Desde el punto de vista de la gerencia, lo que hicimos fue llevar a nuestros accionistas la opción de tomar la oferta, pero Alfa y Harbour vieron que no iba a ganar su oferta y por eso ocurrió lo que ocurrió.
¿De qué manera afecta esto a la empresa en el día a día?
Para nada, la empresa está mucho más fuerte que en el primer trimestre. No puedo dar los detalles de los resultados, porque somos una empresa pública, pero para la segunda semana de agosto ya los tendremos de manera oficial.
Lógicamente, ya tenemos un cierre parcial y los resultados son mucho mejores, porque la producción del segundo trimestre marcará un récord, es la más alta que ha tenido la empresa en toda su historia. Los costos que habíamos reducido mucho a comienzos del año, los hemos reducido todavía un poco más y hemos aumentado significativamente las ganancias por barril.
Sin embargo, con respecto a la deuda hay muchas dudas…
Hoy en día tenemos una deuda de US$5.200 millones, pero en caja tenemos cerca de US$ 600 millones. También estamos vendiendo activos que no son del core (el negocio principal) de la empresa, como es el caso del 30 % de Pacific Midstream que ya está en proceso de venta, y esperamos que esta transacción se cierre en menos de un mes; la venta de nuestra participación en Puerto Bahía, que es un 42 %, y tenemos otras ventas, más o menos por unos US$ 600 millones.
Así sumamos ya US$1.200 millones con lo cual podríamos reducir la deuda a US$ 4.000 millones. El ebitda que estamos proyectando, con los precios actuales, está por el orden de los US$ 1.500 millones con eso esperamos a final de este año tener una relación deuda - Ebitda muy buena por el orden del 2,8 veces el Ebitda. Esto se compara muy favorablemente a lo que piden los covenants (indicadores financieros exigidos por los bancos prestamistas) que son 4,5 veces deuda sobre Ebitda. Así que la empresa está sólida, no tiene problemas para pagar sus deudas, en la parte de capital de trabajo hemos venido pagando religiosamente a 60 días.
¿Esperan alguna nueva oferta, o consideran que este capítulo está cerrado?
Nosotros estamos obligados a hacer la valoración si llega una oferta. Si la vemos válida, que tiene sentido, donde no hay riesgo financiero, nosotros estamos obligados a llevarla a la junta directiva y ellos son los que deciden si siguen o no con el proceso.
O’Hara tiene casi el 20 por ciento de las acciones de la compañía, ¿cuál es el rol de este fondo en Pacific Rubiales a nivel de dirección?
Todo eso es de considerarse. La forma como se eligen los directores, según los estatutos de Pacific, no es a través del porcentaje que tienen los accionistas. Hay una Asamblea donde se elige, por planchas, a la directiva de la empresa. Eso ocurrió recientemente y habría que esperar un año, a menos que se llame a una nueva Asamblea y en esta se llegue a un acuerdo en este sentido, con una votación mayor del 51 por ciento.
De nuevo, yo no veo ningún problema con esto, la empresa siempre ha estado abriendo las puertas si es para el bien de nuestros accionistas.
¿Cómo afecta la caída del negocio en los planes que tenían en México con Alfa?
Tenemos un joint venture con Alfa, eso no cambia para nada: ellos son nuestro socio favorito para México, igual dicen ellos, nosotros somos su socio favorito. Creemos que México es una muy buena oportunidad y hay que tomarla.
¿Qué implica en términos prácticos tomar esa oportunidad, participar en qué?
En bloques que están saliendo a licitación. Hay bloques costa afuera de aguas profundas donde no entraríamos, hay otros de aguas someras en los que sí entraríamos. Tenemos una buena experiencia en este tipo de yacimientos, es parecido a lo que vivimos en nuestra otra vida en el lago de Maracaibo y también tierra adentro, donde se ven buenas perspectivas.
Tenemos adelantados todos los estudios de campo, tenemos un grupo cuantioso de personas que tienen experiencia en México y vamos a participar en esos bloques con Alfa.
¿Cómo toma la reacción de los analistas, algunos bastante radicales, con respecto al precio de la acción?
El mercado a veces sobrerreacciona, es cierto que la acción antes de la noticia estaba a un precio que la sujetaba a esta oferta de 6,5 dólares, al retirarse esta oferta lógicamente hubo una corrección hacia abajo. Pero después veremos una corrección hacia arriba cuando se vean especialmente los resultados que tenemos para el segundo trimestre, que yo considero que son muy buenos.
¿Qué hay de nuevos descubrimientos?
Mantenemos una buena tasa de descubrimientos, lógicamente nos estamos yendo a (cuencas) frontera, donde se pueda incorporar rápidamente nueva producción. De hecho, este incremento en producción al que me referí, es fundamentado en una cantidad de pozos que tenemos en el pie de la cordillera que han sido muy importantes, de 5.000 y 1.000 barriles, y que son producto de la exploración.
Además, tenemos el descubrimiento de Brasil, cuyo desarrollo va a llevar entre dos y tres años y podría ser de unos volúmenes muy cuantiosos en reservas, también estamos muy optimistas por lo que está pasando en Guyana, donde controlamos una empresa que se llama CGX Energy. Exxon tuvo un descubrimiento importante allí y nosotros tenemos unos bloques que están por fuera del área de disputa con Venezuela, pero con la misma geología que tiene el hallazgo de Exxon. Por otro lado, está México, con prospectos de muy buena calidad y de bajo riesgo y con muy buena infraestructura, cosa que hoy en día es muy difícil de conseguir en el mundo.
Finalmente, ¿Puede asegurarles a los inversionistas que son una empresa viable, más allá de que en el futuro se concrete una transacción como la que no prosperó en esta ocasión?
Totalmente. Y lo digo con toda la responsabilidad, la empresa pagará su deuda, mejorará los indicadores de solvencia. Pacific sigue siendo la petrolera privada más grande de Latinoamérica, con una producción del orden de los 153.000 barriles, que estamos sacando a bajos costos. En Colombia estamos viendo mejores oportunidades, nos ha ido muy bien en la parte exploratoria en Perú, Brasil y en Colombia, y tenemos en adelante posibilidades en México, que para nada cambian con esta transacción fallida.
NEGOCIACIONES DE CAMPO RUBIALES
A mediados del 2016 se acaba el contrato entre Pacific Rubiales y Ecopetrol para operar en conjunto campo Rubiales.
Sin embargo, Ecopetrol no cerró la puerta para que la empresa pudiera seguir operando el campo después del vencimiento del contrato, que representa la tercera parte de la producción de Pacific Rubiales.
De acuerdo con Pantin, ambas empresas siguen dialogando sobre la posibilidad de mantener un convenio de operación.
“Lógicamente tiene que ser un negocio gana-gana para Ecopetrol y para nosotros”, dijo.
Agregó que Pacific ha venido sustituyendo la producción que genera este campo, y que confía en que entre 2016 y 2017 habrán logrado sustituir completamente los barriles que les deja la operación del mismo.
Añadió que, en materia de reservas, Rubiales representa menos del 9 %.
‘LA BANDA DEL ‘SHALE OIL’ DETERMINARÁ EL PRECIO DEL BARRIL’
Al analizar la situación de los precios del crudo, el CEO y Director Ejecutivo de Pacific Rubiales asegura que las cotizaciones hoy fluctúan según lo que se llama “la banda del shale oil”.
“Cuando veamos que el precio baja mucho, habrá una caída de los taladros que se usan para el shale oil. La semana pasada por primera vez desde el último trimestre del año pasado subieron un poco, y eso mandó una señal al mercado, por eso hubo una corrección”, explicó.
El otro factor que juega un papel determinante en el precio, asegura, es la disminución de la demanda en China y el aumento de la oferta, si se llega a dar un acuerdo con Irán, lo que añadiría al mercado entre 400 y 500 mil barriles promedio diario.
“Creo que vamos a durar un periodo viviendo dentro de una banda del shale oil que hoy día para el Brent es de entre 60 y 70 dólares, ahí estaremos por un tiempo hasta que lleguemos a tener una nueva dinámica dentro del sector petrolero”, señaló el ejecutivo.
Fuente: Portafolio.co / Ricardo Ávila Pinto - Director de Portafolio