Un cártel de minerales críticos sería peor que la OPEP

La mayor parte de lo que la UE llama materias primas críticas se concentran fuera de la esfera de influencia occidental.

 

La UE y los Estados Unidos están buscando desarrollar relaciones duraderas con los países africanos para establecer cadenas de suministro de metales críticos.En su discurso sobre el estado de la Unión esta semana, la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, hizo un comentario sobre la creciente independencia de la UE en sectores como la energía, los chips y las materias primas.

 

La funcionaria destacó la importancia de estas materias primas para la energía, después de lo cual criticó a China por prácticas de mercado desleales.

¿Era consciente de que la transición de Europa está literalmente condenada sin China? Quizás. O tal vez creía sinceramente que la UE podría construir sus propias cadenas de suministro de transición desde cero. Solo que eso sería tan difícil como impulsar la producción de petróleo de esquisto en toda Europa.

 

Para ser justos, esta percepción de una creciente independencia en los sectores de la energía y las materias primas es más una ilusión que una realidad. La UE se jactaba de haber renunciado al gas ruso, pero simplemente lo había reemplazado con GNL estadounidense. Ahora von der Leyen celebró el establecimiento del Club de Materias Primas Críticas.

 

El club tiene como objetivo obtener materias primas críticas de "socios confiables que estén dispuestos a desarrollar sus propias industrias de materias primas críticas", según la legislación que condujo al establecimiento de la entidad. Hay muchos países interesados en desarrollar sus propias industrias de materias primas. El problema es que la mayoría de estos países también están dispuestos a sacar el máximo provecho de estas industrias y no conformarse con las tarifas de amigos solo porque Europa lo está pidiendo amablemente.

 

En otras palabras, los posibles "socios" son países donde el nacionalismo de los recursos está vivo y bien. Y muchos de estos países pueden estar bastante abiertos a la idea de un grupo similar a la OPEP. Indonesia ya indicó que estaba dispuesta a probarlo para el níquel.

 

A principios de este año, el país sostuvo conversaciones con otros tres países que permanecieron sin nombre sobre la posible creación de un cártel al estilo de la OPEP para controlar el mercado del níquel. Queda por ver si las conversaciones producirán un resultado, pero el hecho de que tales conversaciones se lleven a cabo debería alarmar a los grandes importadores del metal crítico.

 

La mayor parte de lo que la UE llama materias primas críticas se concentran fuera de la esfera de influencia occidental. La República Democrática del Congo, por ejemplo, es conocida por ser el hogar de más del 40% de las reservas mundiales de cobalto, según datos de S&P Global citados recientemente por el Wall Street Journal.

Chile tiene las reservas de cobre más grandes del mundo. Indonesia es la reserva de níquel más grande del mundo, de ahí su impulso para cartelizar la producción, y Argentina tiene los depósitos de litio más grandes del mundo. No es de extrañar que tanto la UE como sus socios norteamericanos se hayan apresurado repentinamente a hacer amigos en todo el mundo.

 

África es una opción obvia, y no sólo la RDC. La mayoría de los países africanos son ricos en recursos minerales, pero no tienen los medios para desarrollarlos, y la inversión de las empresas internacionales no ha sido tan generosa como muchos podrían haber esperado por razones de estabilidad política y legislación minera clara.

 

La UE y los Estados Unidos podrían estar encantados de ayudar con el desarrollo de esos recursos, especialmente porque la apertura de nuevas minas en su propio territorio está básicamente fuera de discusión gracias a la legislación ambiental. Pero China está muy por delante de ambos. China ya ha cartelizado efectivamente una gran cantidad de recursos minerales africanos.

 

China ha arrinconado las cadenas de suministro y domina la capacidad mundial de procesamiento de litio y tierras raras. Esta es la razón por la que la transición de la UE sería imposible sin China, a la que el Presidente de la CE reprendió por subcotizar los productos locales porque subsidia sus industrias más que la UE.

 

China ha pasado más de una década haciendo todo esto y ahora está cosechando el fruto de su trabajo. Bruselas y Washington, por otro lado, durmieron durante la expansión de China en materias primas minerales y solo ahora están despertando. La OPEP puede ser aterradora, pero un cártel de transición liderado por China es mucho más aterrador para los campeones de cero emisiones netas. Y, a diferencia del esquisto estadounidense, el suministro alternativo sería escaso y difícil de conseguir.

 

Por Irina Slav para Oilprice.com